PERSONAJES ILUSTRES

El Ilustrísimo D. Joaquín Javier Uriz y Lasaga, Obispo de Pamplona y Guipúzcoa, nació en Sada, en la casa de Uriz, la más hacendosa del pueblo, el día 8 de mayo de 1747, hijo de Miguel Antonio y de Teresa, fue el mayor de doce hermanos, llamados: Javier, José Julián, Ramón Eugenio, Diego Antonio, Vicente, Miguel Antonio, María, Mariano Francisco, Luis Ventura, Brígida y Atanasio. Estudió cánones y leyes en la Universidad de Huesca, y se graduó de bachiller en derecho en la de lrache (Navarra) el año 1777. A los tres años de prácticas fue recibido abogado en los tribunales reales de Navarra. Por algún tiempo ejerció de abogado, pero sintiéndose con vocación al sacerdocio, recibió el Orden Sacerdotal el 2 de junio de 1775. Al parecer no estudió Teología. Su formación fue puramente jurídica. Tampoco ejerció cura de almas. Fue beneficiado de Sada. El 17 de enero de 1777 fue elegido por unanimidad canónigo de Pamplona. (El 12 de enero de 1789 fue también elegido canónigo de Pamplona su hermano Miguel Antonio). En 1789 fue promovido a la dignidad de Arcediano. Con motivo de la Guerra de la Independencia contra Francia, el Cabildo Catedral dio autorización a los hermanos Uriz, canónigos, para que trasladasen a los pueblos que les pareciese todas las alhajas y la Virgen, conduciéndolas al lugar que estimasen más seguro. El año 1798 fue nombrado presidente de la Junta de Gobierno del Hospital de Pamplona, y escribió un manuscrito original sobre las causas de los niños expósitos en los primeros años; los Diputados, impresionados por la lectura del manuscrito, pidieron al rey que fuese Obispo de Pamplona. Pero el año 1803 fue nombrado Prior de Roncesvalles. Allí introdujo la costumbre de rezar en comunidad todos los días el Rosario a la Virgen, y modificó las constituciones de la Colegiata. Entretanto no tenía más que una obsesión: los niños expósitos. Habiendo ordenado el rey, que la inclusa se separase del Hospital, D. Javier Uriz, se propuso construir y dotar a sus expensas una casa nueva para los niños abandonados.
Comenzó con la compra de los terrenos, y construyó el edificio. El rey mandó que funcionase el edificio y se gobernase por las constituciones preparadas por el Sr. Uriz, Prior de Roncesvalles. Cuatro religiosas, venidas de Madrid se hicieron cargo de ella, y se inauguró el 11 de junio de 1805 en un edificio, que estaba encima de la vieja Plaza del Mercado, y el fundador la dotó, cediendo a su favor sus cuantiosas riquezas. Fue consagrado Obispo de Pamplona en Madrid el día 15 de octubre de 1815. Viniendo de Madrid entró en Olite, donde tenía casado un hermano, llamado Luis, padre del que más tarde sería también Obispo de Pamplona: D. Cirilo Uriz Labairu. Llegó a Pamplona, donde hizo su entrada pública el 7 de noviembre de 1815.
Grandes fueron las dificultades con las que tuvo que enfrentarse: El palacio episcopal deshecho interiormente y convertido en hospital de sangre durante la Guerra de la Independencia; el Gobierno liberal, con el que tuvo que alternar su gobierno diocesano, muchas veces incomprendidas por unos y otros sus prudentes actuaciones.
Fue desterrado a Burgos por el Gobierno liberal, pero cuando el Obispo salía para Burgos, una partida de voluntarios realistas lo salvó y lo llevó a territorio francés, donde permaneció hasta la entrada de las tropas aliadas. Sin embargo, a pesar de haber colaborado con el Gobierno liberal, fue condecorado con la Gran Cruz de la Real Orden de Carlos III, en compensación por su destierro construyó dos seminarios. Publicó varias pastorales, todas ellas impregnadas del espíritu de caridad, que fue su principal prerrogativa, junto con su profunda piedad. Por fin, después de catorce años de Episcopado en Pamplona, murió en ella el 17 de septiembre de 1829 a la edad de 83 años, habiendo tenido _ de capellán familiar a su sobrino D. Juan Uriz, Beneficiado de Los Arcos. Fue enterrado en la Barbazana de la Catedral. Sobre su sepulcro tiene grabado un epitafio en latín, que es un breve resumen de su larga y santa vida. En su testamento dejaba sus pocos bienes a la Inclusa, y sus libros, que tenía especialmente de leyes, le dejó y le instruyó a su sobrino de Olite, D. Pedro Uriz y Labairu, que también se dedicó a la jurisprudencia, fue catedrático de la Universidad de Huesca, canónigo Doctoral de Tarazona, Obispo de Lérida, que asistió al Concilio Vaticano I, y después fue Obispo de Pamplona desde el año 1862 hasta el 1870. También fue hijo de la misma casa de Uriz, de Sada y hermano del Obispo el Intendente Uriz, fusilado en el Puy de Estella y enterrado en el mismo cementerio junto con los cuatro generales carlista: Gergue, Sanz, García y Carmona. El traidor Maroto, Generalísimo carlista se unió con Espartero, Generalísimo de los liberales y los fusilaron para hacer las paces en el Convenio de Vergara que dio fin a la primera guerra carlista el año 1839 y había empezado el 1833. El Intendente Uriz se iba a casar con la viuda del general Santos Ladrón, fusilado por los liberales en Pamplona. No se les concedió abogados para su defensa, solamente la asistencia religiosa. Después del fusilamiento la novia del intendente Uriz pidió el cadáver, para enterrarlo. Sus partidas de defunción están en la Parroquia de Larraga (Navarra).

Sor Juana Urniza Garcia Moriones nació en la casa de Sixto de Sada, el 2 de junio de 1834. Era la menor de cinco hermanas. Hija de Francisco y de Francisca. Siendo joven, se divertía como las demás mozas de su tiempo. Los mozos les cantaban esta copla: «Por la calle abajo baja la cuadrilla de las tres: la Juana, la Nicolasa y la Vicenta Següés». Un día el Señor le metió en su corazón el deseo de ser religiosa, dejando las diversiones del mundo, y después de mucho pensarlo, fue admitida en las religiosas Agustinas Comendadoras de Puente la Reina (Navarra), religiosa de clausura. Allí vivió treinta años, siendo elegida tres veces superiora, por sus buenas cualidades, entre las que sobresalía la bondad de corazón verdaderamente maternal. Habiendo enfermado gravemente sin remedio, hizo una novena a la Virgen de Lourdes, tomando parte en ella las demás religiosas, y al tercer día, después de haber bebido agua de la gruta se sintió repentinamente curada. Un día, estando haciendo oración al Sdo. Corazón de Jesús, del que era devotísima, sintió en su interior una voz, que le decía: Quiero una Comunidad nueva, que me dedique dos horas, de diez a doce de la noche, para acompañarme en mis penas, rezando los Maitines, y lo restante oren conmigo. Después de consultar con su director espiritual, y obtenido el permiso del entonces Obispo de Pamplona D. Francisco Oliver, salió de Puente la Reina con algunas monjas para la nueva fundación, que hizo en Sangüesa, debajo de Rocaforte, con el título de Religiosas Agustinas, Comendadoras Santi Espíritu, bajo la protección del Sdo. Corazón de Jesús. Mucho le valió, en los trámites para la fundación, la intervención en la Curia de su sobrino, el canónigo de Ciudad Real don Francisco Baztán, que más tarde sería Obispo de Oviedo. A los diez años de su fundación ya contaba la Comunidad con treinta religiosas. Varios casos milagrosos se le atribuían durante su vida religiosa, como la curación de una monja, enferma desahuciada, mediante sus oraciones a Sta. Rita, de la que era muy devota. Tuvo una gran contrariedad en los últimos días de su vida. En marzo de 1900 fue nombrado Obispo de Pamplona, el agustino Fray José López de Mendoza, el cual, queriendo suavizar la regla, suprimió a la Comunidad las dos horas de oración de media noche, y no permitió que Sor Juana fuese Priora, por ser partidaria de las dos horas de oración a media noche. Esta decisión del Sr. Obispo le afectó tanto a Sor Juana. que, a pesar de llevarla con santa resignación, enfermó gravemente, y, después de recibir con gran fervor los santos sacramentos, fue a disfrutar de los goces eternos del cielo. Las monjas lloraron su muerte, como se llora a una madre. Murió a la edad de sesenta y seis años, después de haber pasado en religión cuarenta y ocho, habiendo ejercido el cargo de Prelada en los dos conventos veinticuatro años. En enero de 1941, en presencia del Sr. Visitador de religiosas y del Sr. Párroco de Santa María de Sangüesa, se abrió el nicho, donde reposan los restos mortales de la que había muerto en olor de santidad, y se encontró el cuerpo completamente entero dando la sensación de que el cadáver no había sufrido alteración alguna.

EI Ilustrísimo Dr. D. Francisco Baztán Urniza, Obispo de Oviedo, nació también en la casa de Sixto de Sada el día veintiocho de abril de 1844, hijo de Ceferino y Catalina. Estudió en el Seminario de Pamplona, obteniendo las máximas calificaciones. Se ordenó de sacerdote en Pamplona el 13 de marzo de 1869. Durante cinco años fue catedrático de Filosofía y Matemáticas en el Seminario de Pamplona. En“1875 se doctoró en Teología en el Seminario de Toledo. En 1877 se le nombró canónigo de Ciudad Real y profesor de Teología, después rector del Seminario, y más tarde Vicario General de la Diócesis. El cuatro de febrero de 1901 fue nombrado Maestrescuela de la Catedral de Almería y luego permutó por el de Arcediano. Más tarde se le nombró Gobernador eclesiástico de la Diócesis de Cádiz. El 14 de noviembre de 1904 el Papa Pío X le nombró Obispo de Oviedo, y fue consagrado en la capilla de la Virgen del Camino de Pamplona. Hizo su entrada en Oviedo el 15 de abril de 1904. Durante su episcopado dio pruebas de humildad profunda, gran caridad, generosidad, celo ardiente por la gloria de Dios y la salvación de las almas, y sobre todo una prudencia admirable en el gobierno de la Diócesis, por lo que fue muy querido y estimado de sus diocesanos. El Gobierno de España, en premio a sus méritos pastorales le concedió una condecoración honorífica. Por fin cargado de años y achaques, después de gobernar la Diócesis de Oviedo cerca de veinte años, vino a Pamplona a pasar sus últimos días, y murió el 14 de diciembre de 1926 a los ochenta y dos años en el número 2 de la calle Javier, donde vivía retirado. Su cadáver fue enterrado en la Catedral de Oviedo. Fue su paje y familiar su sobrino D. Francisco Sanz Baztán natural de Sangüesa, al que nombró canónigo de Oviedo, y que fue martirizado en Oviedo, durante la revolución de octubre del año 1934. También debemos mencionar aquí a otra sobrina del Sr. Obispo, hija de la misma casa: la Rvda. Madre Elisa Baztán Sola, Administradora durante muchos años de las religiosas dedicadas a las casas de ejercicios, llamadas Esclavas de Cristo Rey, que ha sido y sigue siendo piedra fundamental de la Congregación.

Auspicio Hernández Vélez (Santi de Andía), nació en Sada el 9 de julio de 1910, siendo sus padres Jerónimo y Avelina. Destacaba, junto con su ingenio, su laboriosidad y asiduidad en el estudio escolar. Siendo su familia humilde y algo numerosa, decidió antes de finalizar su tiempo escolar, marchar a Pamplona, donde se colocó de maca aprendiz en una barbería; allí en sus ratos libres estudió, como pudo la breve carrera de practicante, que entonces consistía en unas prácticas y unas pocas asignaturas, las cuales aprobó mediante su asiduidad y esfuerzo continuado. Después de la guerra civil solicitó la plaza de practicante de Sada, su pueblo natal, para poder estar con su anciana madre, viuda, pero el contrincante, que era de Sangüesa, alegó ser mutilado de guerra, y le ganó la plaza. Esto, aunque fue para él un contratiempo a la larga resultó ser un acierto, como él mismo confesó más tarde; pues así pudo colocarse de cronista de deportes en «El Pensamiento Navarro», y allí con su fácil y fluida pluma, poco a poco fue conquistando laureles, que le hicieron en poco tiempo el más famoso periodista de sus tiempos en Pamplona. Organizaba la Vuelta Ciclista a Navarra, lo que también le dio gran popularidad. Su muerte prematura fue muy sentida en Pamplona y su comarca. Su funeral fue uno de los más concurridos de Pamplona. Los periódicos y la radio le dedicaron largos espacios contribuyendo con eso a que su muerte fuese muy sentida entre sus paisanos los navarros.

Rvdo. Padre Mauricio Iriarte Garayoa, SJ. (Filósofo). Nació en Sada en un 22 de septiembre, hijo de un maestro llamado Veremundo, natural de Aoiz, y de Eustaquia, natural de Sada. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1914. Se docto e s y en Teología por la Universidad de Austria. Amplió en Lovaina, Viena y varios cursos en Bonn, doctorándose en Filosofía Psicológica en esta universidad última. Dedicado habitualmente a la enseñanza, es desde la instauración de la Facultad de Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca, profesor de Antropología, Psicología experimental y Psicología de la Religión en esta Facultad. Entre sus obras más famosas se pueden citar: El doctor Huarte de San Juan y su examen de ingenios; Contribución a la Historia de la Psicología diferencial; El profesor García Morante, sacerdote; Genio y figure del Iluminado maestro Ramón Lull; El hombre en Suárez; Figura y carácter de Ignacio de Loyola igualmente ha dejado publicado en las revistas científicas numerosos artículos científicos sobre Filosofía, Psicología y espiritualidad. Fue un célebre filósofo muy conocido internacionalmente, sobre todo en Alemania y España. Falleció en Loyola el día 14 de noviembre de 1977. Gloria de la Villa de Sada y de la Compañía de Jesús.